miércoles, 7 de enero de 2015

Tantra y placer sexual por Atman Nityananda


Tantra y placer sexual
El  tantra no es una práctica para aumentar el placer sexual con respiraciones a través de la boca y sonidos de pasión, sino una practica para transformar la energía sexual y activar los chakras y las glándulas del cerebro. Cuando hacemos tantra no buscamos ni el placer ni la eyaculación sino un estado de consciencia que nos permita experimentar la unión con nuestra naturaleza verdadera y la transformación de energía sexual. El placer sí que existe pero no nos enfocamos a él.

La transformación de la energía sexual nos facilita experimentar estados de consciencia más elevados pero esto es posible solo cuando al mismo tiempo trabajamos deliberadamente con la disolución del ego en general y específicamente con la eliminación de la lujuria, la lascivia y la tendencia a experimentar el placer del orgasmo una y otra vez.


Cuando hacemos tantra mantenemos la energía sexual suavemente activa y con concentración, respiración,  mantras y meditación intentamos dirigirla, a través de los canales de la columna vertebral (ida, pigala y susumna), hacia el cerebro con el fin de despertar las potencias latentes de los chakras, el kundalini y las potencias superiores de la mente. Pero si las personas no tienen una mente bastante pura y una concentración elevada y no han desarrollado el desapasionamiento, la práctica del tantra no dará resultados.

En el tantra no buscamos la unión con Dios a través de un placer expandido o una eyaculación maravillosa. Es posible que a través de estas experiencias placenteras suceda, por causalidad, un samadhi inferior y tengamos una experiencia de nuestra naturaleza divina, pero esto no es el objetivo del tantra.

El objetivo del tantra es utilizar la energía sexual solo para alcanzar un estado de consciencia más allá del placer sexual, del ego y de todas las sensaciones sensoriales y esto no es fácil para personas no dedicadas sinceramente a la disolución del ego y la realización del Ser.

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